Sociedad civil de Sudáfrica presenta carta sobre justicia climática al parlamento

Última advertencia – Lanzamiento de la Carta de Justicia Climática y Día Nacional de Acción para terminar con el hambre, sed y daño climático – 16 de Octubre 2020.

Este 16 de octubre, la Carta de Justicia Climática se llevará al parlamento nacional de Sudáfrica, junto con el documento “futuro de la ciencia climática”, con la exigencia que se adopte esta Carta amparándose en la sección 234 de adopción de las cartas de la constitución sudafricana. Se invitará a todos los partidos políticos a un debate sobre la Carta y se les pedirá que defiendan su adopción, basándose en el consenso actual de la ciencia climática que destaca que Sudáfrica y el sur de África se están calentando al doble del promedio mundial.

La Campaña por la Soberanía Alimentaria de Sudáfrica y sus aliados, han estado liderando durante los últimos seis años la construcción de un movimiento masivo por la justicia climática, durante la peor sequía en la historia del país. Su resistencia impulsada por las masas ha incluido un tribunal contra el hambre, declaraciones sobre la sequía, una marcha del pan nacional, festivales de soberanía alimentaria, el desarrollo de su propia Ley de Soberanía Alimentaria que llevaron al parlamento y a varios departamentos gubernamentales, acciones de protesta contra las corporaciones alimentarias, los medios de comunicación, la bolsa de valores y contra el segundo mayor emisor de carbono del país llamado SASOL. En el 2019, se mantuvieron diálogos profundos con las comunidades afectadas por la sequía, los medios de comunicación, los sindicatos, la niñez y la juventud y las organizaciones de justicia social y ambiental. Todo este trabajo de resistencia, diálogo y aprendizaje produjo un borrador de carta de justicia climática, a partir de una conferencia nacional en noviembre de 2019. Desde entonces, el documento ha recibido aportes en línea, incluso de una asamblea en línea dirigida por niños y jóvenes el 16 de junio y luego finalmente el documento fue lanzado el 28 de agosto.

En Sudamérica, podemos aprender de estas iniciativas, aprovecharlas y conectarnos con ellas a nivel mundial.

Aquí el texto completo de la Carta de Justicia Climática de Sudáfrica.

¡Por la justicia climática ahora!

Como africanos, vivimos juntos en un vasto y hermoso continente donde comenzó la historia humana. Todos estamos vinculados al primer ser humano que caminó erguido, soñó, pensó y convivió con plantas, animales, ríos, océanos y bosques. Hoy, esta humanidad común y su futuro están en grave peligro. Sudáfrica no puede ignorar este desafío. El uso continuo de petróleo, gas y carbón para impulsar nuestra economía y sociedad está haciendo que nuestro mundo sea inviable para toda la vida.

La Tierra está siendo dañada por este sistema que antepone las ganancias a la vida. Cada año, las temperaturas aumentan con consecuencias desastrosas. Con el aumento de 1 grado Celsius en la temperatura planetaria desde antes del inicio de la revolución industrial, todo está cambiando rápidamente: crecientes conmociones climáticas extremas (sequías, inundaciones, incendios forestales, tornados, olas de calor), colapso de los ecosistemas, aumento del nivel del mar, junto con tensiones importantes en los sistemas de la Tierra. Estamos tristes porque se está perdiendo un futuro con clima estable. Nuestra reciente sequía nos ha enseñado esa lección. Estamos enojados porque nuestros gobernantes no escuchan. La desigualdad y el sufrimiento de nuestra gente, que incluso durante la pandemia de Covid-19, ha empeorado. Sin embargo, tenemos esperanzas porque la ciencia climática está de nuestro lado. Al igual que la ciencia del Covid-19, la ciencia del clima exige una acción solidaria ahora. Esta Carta es un llamado a todos los que se preocupan por la vida humana y no humana para que actúen juntos para promover una visión múltiple: los sueños, las alternativas y los deseos de las personas hacia una transición profunda y justa.

Minerías, refinerías, incineradores de residuos, aerolíneas, industrias cementeras y automóviles han traído contaminación, enfermedades, venenos y sufrimiento a nuestras comunidades. La agroindustria de exportación basada en productos químicos contribuye a diversas enfermedades. Sin embargo, nos hemos recuperado. Con las lecciones aprendidas sobre estos daños y la importancia de preservar los bienes comunes propicios para la vida (tierra, agua, biodiversidad, energía, sistema terrestre y esfera cibernética), continuamos avanzando en nuestro compromiso con la justicia, anclado en el poder de las personas. Por lo tanto, elegimos conscientemente terminar la guerra en contra de la naturaleza.

Más shocks climáticos y crisis ecológicas resultarán en más sufrimiento (y más pandemias), para la mayoría, particularmente para los sectores más vulnerables: las mujeres, los trabajadores, gente con escasos recursos, pueblos indígenas, las personas con discapacidades, los sin tierra. Estos no son simplemente desastres naturales, sino fallas de liderazgo. Mientras defendemos la red de la vida y vivimos con el colapso climático, buscamos acabar con la injusticia de raza, clase, género y ecología. No podemos permitir que las mujeres y los niños de base sean los amortiguadores de esta crisis, como antes y durante el Covid-19. El trabajo de cuidado invisible en los hogares y los sacrificios de las mujeres en las comunidades más vulnerables contribuyen a mitigar el sufrimiento mientras continúan la dominación y la violencia masculinas. Una sociedad libre de carbono y de un sistema ecocida, con sistemas de soporte de vida efectivos, significan la emancipación para todos, incluso para las futuras generaciones. Esta es la lucha de nuestro tiempo y nuestra tarea histórica como sudafricanos, como humanos y como parte de la comunidad más amplia de la tierra viva.

Objetivos de la Carta

Esta Carta tiene como objetivo:

2.1 Fomentar la conciencia de que prosperamos y coexistimos en un planeta. La Tierra es un hogar común para todas las especies. Por lo tanto, buscamos afirmar nuestro papel y responsabilidades como guardianes de los ecosistemas de nuestro planeta y la delicada red de vida que sustenta.

2.2 Inspirar una ruptura con el pensamiento que provocó la crisis mundial y que refuerza la obsesión por el crecimiento, el progreso y la dominación. El poder de la humanidad está condicionado por los límites, ciclos, puntos de inflexión y fronteras de todos los ecosistemas. Más del mismo pensamiento que daña a la Tierra está obligandola a reaccionar con un poder con el que no nos podemos igualar.

2.3 Reconectarse con una concepción centrada en la Tierra de lo que significa ser humano. La naturaleza es infinita y nosotros somos solo una pequeña parte de ella. Tenemos que reconocer que cada elemento de un ecosistema tiene un valor intrínseco y debe ser respetado.

2.4 Profundizar la cooperación. Prosperamos más como seres humanos cuando expresamos solidaridad, compartimos, vivimos lentamente, somos libres, afirmamos nuestras necesidades y preservamos los cimientos de nuestro tejido de la vida. Ha llegado el momento de desafiar y acabar con la concepción egoísta, codiciosa, competitiva, violenta y conquistadora del ser humano.

2.5 Superar la crisis del liderazgo político capturado por las empresas, que son incapaces de pensar más allá del corto plazo, los juegos de «negocios como siempre» que no comprenden las causas fundamentales de los problemas. Rechazamos sus falsas soluciones que prolongan el uso del carbono y perpetúan el injusto sistema destructor de vidas.

2.6 Fortalecer nuestra democracia, constitución y constitucionalismo transformador, reivindicando nuestros derechos y construyendo el poder de los pueblos unidos, mientras enfrentamos la emergencia climática y el agravamiento de las crisis socioecológicas.

Principios para transiciones profundas y justas

Cada comunidad, aldea, pueblo, ciudad y lugar de trabajo tiene que avanzar con la transición profunda y justa para garantizar la transformación socioecológica. Los siguientes principios orientarán las alternativas, planes y procesos hacia una transición profunda y justa en nuestra sociedad:

3.1 Justicia climática: Los menos responsables no deben ser perjudicados ni cargar con el costo de los impactos climáticos. Por lo tanto, las necesidades de los trabajadores, los pueblos indígenas, sectores vulnerables, los sin tierra, las personas con discapacidades, las mujeres de base, los niños y las comunidades vulnerables deben estar en el centro de la transición profunda y justa. Los beneficios de la transformación socioecológica deben compartirse por igual.

3.2 Justicia social: la justicia climática es justicia social. Enfrentar todas las formas de discriminación y opresión en lo que respecta a raza, clase, género, sexo y edad, para asegurar el clima y la justicia social.

3.3 Vida ecocéntrica: Vivir de manera simple, lenta y consciente, de manera ecocéntrica, que reconoce la santidad de todas las formas de vida, nuestras interconexiones y permite una ética de respeto y cuidado.

3.4 Democracia participativa: Todas las políticas climáticas y de transición profunda y justa deben estar informadas por las voces, el consentimiento y las necesidades de todas las personas, especialmente las que enfrentan daños.

3.5 Propiedad socializada: En los lugares de trabajo y las comunidades, el poder de las personas debe expresarse a través del control y la propiedad democráticos, incluso a través de servicios públicos democráticos, cooperativas, comunas, propiedad comunal y planificación participativa, incluida la presupuestación participativa, en pueblos y ciudades, para garantizar la gestión colectiva de la vida habilitando los comunes y los sistemas.

3.6 Solidaridad internacional: la lucha de todos es una lucha compartida por mantener la vida. En el contexto del empeoramiento de las crisis climáticas, la solidaridad internacional es fundamental para la transición profunda y justa, ya que sirve para unir a todos los que luchan por la emancipación y por un mundo post carbono.

3.7 Decolonialidad: La dominación colonial, neocolonial e imperial nos lleva a la extinción. Esto se basa en el culto al extractivismo, la tecnología, las finanzas, la violencia y los mercados. Nos desconectaremos activamente de este sistema a medida que afirmamos una relación emancipadora entre los humanos y con la naturaleza no humana arraigada en nuestra historia, cultura, conocimiento y la lucha más amplia de los oprimidos en el planeta tierra.

3.8 Justicia intergeneracional: El cuidado de nuestros ecosistemas y bienes comunes planetarios es crucial para la justicia intergeneracional; para asegurar un futuro para nuestros niños, jóvenes y los que aún no han nacido.

Alternativas sistémicas para el cambio transformador

Nos enfrentamos a muchas crisis, pero la crisis climática es la más peligrosa. Al abordar la crisis climática, que afecta a todo, también podemos avanzar en soluciones a todas las crisis socioecológicas y, en general, poner fin a la guerra con la naturaleza. Las alternativas sistémicas son necesarias para abordar las causas del cambio climático, sus riesgos y presiones para el colapso de los sistemas.

Existen alternativas para las personas a los combustibles fósiles, que pueden satisfacer nuestras necesidades básicas, mejorar nuestra capacidad para hacer frente a los desastres climáticos y prepararnos para regenerar los sistemas que sustentan la vida. Estas alternativas sistémicas se han imaginado y son parte de las luchas de las personas para descarbonizar las sociedades ahora como parte de la transición profunda y justa. Estamos comprometidos a promover tales alternativas y reformas sistémicas democráticas desde abajo.

4.1 Planes de transición democrática y profunda: los enfoques de arriba hacia abajo para la transición profunda y justa asumen que las personas no pueden pensar por sí mismas y no tienen respuestas. Juntos, cada comunidad y lugar de trabajo debe desarrollar un plan de transición profundo y justo. Esto debe hacerse de manera democrática para permitir una transición energética para descarbonizar, al mismo tiempo que se satisfacen las necesidades esenciales y se promueven las alternativas, los objetivos y los principios sistémicos establecidos en esta Carta.

4.2 Energía renovable de propiedad social y basada en la comunidad a través de una rápida eliminación de los combustibles fósiles: Debemos poner fin a nuestra dependencia del carbón, el petróleo y el gas, ya que está acelerando el colapso climático, lo que en última instancia conduce a un mundo inhabitable. La energía nuclear es peligrosa y costosa. En cambio, avanzaremos en sistemas de energía renovable de propiedad social y comunitarios (como energía solar, eólica, hidráulica y mareomotriz), respaldados por presupuestos e incentivos participativos (como tarifas de alimentación) para nuestros lugares de trabajo, hogares y comunidades. Estas tecnologías energéticas deben industrializarse en Sudáfrica, utilizando energía renovable. El uso eficiente de la energía y la tecnología será crucial en esta transición. La desinversión de los combustibles fósiles, el fin de los subsidios a los combustibles fósiles y el fin de la extracción (como el fracking, más minas de carbón y extracción en alta mar) son imperativos. Todos los grandes generadores de energía como Eskom y Sasol tienen que comprometerse con planes de transición profundos y justos, para asegurar los intereses de los trabajadores, las comunidades afectadas y las generaciones futuras.

4.3 Alimentarnos a nosotros mismos a través de la soberanía alimentaria: El actual sistema industrial de alimentos produce hambre, utiliza el agua de manera ineficiente, destruye la naturaleza, libera carbono y, en general, no es saludable. La pesca comercial ha destruido los ecosistemas marinos y socavado los derechos de los pescadores de subsistencia. Cada comunidad debe priorizar la agricultura agroecológica a pequeña escala para satisfacer las necesidades locales. El derecho a la alimentación debe otorgar a los productores de alimentos, los pescadores de subsistencia en pequeña escala, los comerciantes informales y los consumidores el poder sobre sus propios sistemas de bienes comunes alimentarios para garantizar que todos tengan acceso a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados. Además, la biodiversidad, el control de las semillas y los recursos para la producción deben afirmar la importancia del conocimiento indígena, los mercados locales, el control de los recursos hídricos, la función eco-social de la tierra y la buena salud. Las grandes explotaciones deben desconcentrarse para garantizar la justicia de la tierra, pero de una manera que sea justa, fortalezca la reconciliación y construya la solidaridad.

4.4 Democratizar los bienes comunes del agua: el agua es controlada por unos pocos, mientras que muchos la necesitan desesperadamente. Las granjas industriales, las minas, la electricidad generada con carbón, las plantaciones de azúcar y madera son algunos de los principales usuarios de agua. Como bien público, el agua debe ser conservada por todos y debe protegerse de la contaminación. Además, el uso del agua debe planificarse democráticamente y regularse de manera efectiva, al tiempo que se afirman los derechos de los ciudadanos a consumir este recurso escaso y precioso. La infraestructura de agua y saneamiento debe actualizarse, administrarse y monitorearse para garantizar un uso eficiente. El ahorro de agua derivado de la eliminación gradual de la generación de carbón y la agricultura a gran escala industrial mejorará los recursos comunes del agua. Debe promoverse una sociedad consciente del agua.

4.5 Disfrute de la vida trabajando menos: Trabajar para todos, ya que el medio para sobrevivir y obtener ingresos ya no es posible. El desempleo, los trabajos mal remunerados y las largas jornadas laborales perjudican a la sociedad. En un mundo de calefacción, las horas de trabajo deben reducirse, al menos a una semana de cuatro días. Los empleos climáticos decentes y sin carbono deben estar garantizados y respaldados por enfoques colectivos, basados ​​en valores y ecocéntricos de la producción, el consumo, la financiación y las formas de vida a través de la economía solidaria. Esta economía se basa en las necesidades y democratiza el poder económico. Junto con un sistema universal de subvención de la renta básica (UBIG) que complementa los bienes públicos existentes, todos los trabajadores pueden estar protegidos en la transición requerida y la sociedad en general tendrá un colchón. La UBIG promoverá generalmente el florecimiento cultural humano en una sociedad post-trabajo.

4.6 Eco-movilidad y sistemas de transporte público de energía limpia: La industria del automóvil tiene una gran responsabilidad por socavar los sistemas de transporte público de energía limpia y por una inversión derrochadora en costosas infraestructuras de carreteras. Estos daños se pueden poner fin con un mayor apoyo para caminar, bicicletas, motocicletas de energía limpia, caballos y burros como modos de transporte de eco-movilidad. Las ciudades y pueblos también deben estar libres de automóviles y proporcionar infraestructura para la movilidad ecológica. Cada comunidad debe integrarse en un sistema de transporte masivo que involucre autobuses, trenes y tranvías que funcionen con energía renovable y tecnologías híbridas basadas en la fabricación ecológica local. El transporte de mercancías también debe pasar al ferrocarril. Los automóviles no eléctricos basados ​​en combustibles fósiles deben eliminarse gradualmente. El transporte aéreo y marítimo también debe descarbonizarse o limitarse.

4.7 Cero desperdicio y vida simple: el consumo masivo de productos básicos y los «estilos de vida de las celebridades» son intensivos en recursos, derrochadores y centrados en el carbono. Además, los vertederos, la incineración de desechos y la contaminación de los ecosistemas son perjudiciales. Zero Waste cierra el ciclo a través del reciclaje, la reutilización, los principios de la economía solidaria y el diseño sostenible en nuestra economía para que haya menos (o cero) extracción de materias primas. Ciertas tecnologías, como el plástico de un solo uso, deben prohibirse. Junto con una vida simple, podemos vivir con un mínimo de recursos y huellas de carbono.

4.8 Viviendas, edificios y ciudades en transición eco-sociales: Muchas casas existentes no están diseñadas para hacer frente a los extremos climáticos. Además, muchos siguen sin hogar en nuestra sociedad, mientras que los ricos tienen campos de golf. Necesitamos modernizar los edificios y hogares existentes para soportar más calor y condiciones climáticas extremas. Del mismo modo, las nuevas viviendas deben diseñarse como parte de eco-comunidades, aldeas, pueblos, esquemas de alquiler municipal y ciudades donde los métodos de construcción utilizan materiales naturales, tienen un impacto mínimo en el medio ambiente y satisfacen las necesidades de suelo eco-sociales de las personas como parte de un comunidad. Tales necesidades son para la vivienda, la producción de alimentos agroecológicos, el uso sostenible del agua, la biodiversidad, la crianza de los niños y la cultura. El cemento no se utiliza en este contexto debido a su enorme huella de carbono y debe eliminarse gradualmente como tecnología de construcción.

4.9 Más allá de la economía convencional: las suposiciones que hace la economía sobre el comportamiento humano, la naturaleza, las ganancias, los mercados, los productos básicos y el crecimiento lo están destruyendo todo. La economía dominante simplemente justifica la riqueza de unos pocos, su uso destructivo de los recursos y la contaminación y las emisiones de carbono resultantes. Nuestras economías tienen que atender nuestras necesidades como seres socioecológicos y las necesidades de los ecosistemas. Necesitamos una economía que tenga en cuenta las huellas ecológicas, la felicidad, el bienestar, la resiliencia de los ecosistemas (a través de auditorías periódicas), los bienes comunes y los límites planetarios. Nuestra economía debe estar orientada en torno a conceptos y herramientas que evalúen el estado de todas las criaturas vivientes y pongan fin al daño tanto a los seres humanos como a la naturaleza no humana. Esto debería servir como base para el establecimiento de la agenda, la política, la asignación de recursos y la planificación democrática.

4.10 Los ricos deben pagar su deuda ecológica: Los ricos de nuestras sociedades han consumido recursos en exceso, han tenido un impacto negativo en los ecosistemas y tienen una enorme huella de carbono. Todos tenemos una deuda ecológica y tienen que cargar con la carga financiera de la transición profunda y justa. Esto significa un impuesto sobre la deuda climática para los ricos; altos impuestos a los viajes en avión, jets privados, vehículos de lujo y coches eléctricos; un impuesto progresivo al carbono dirigido a las corporaciones contaminantes que no eliminen el carbono con la suficiente rapidez; y tarifas de justicia climática para las corporaciones criminales de carbono y los gobiernos. Los trabajadores deben aprovechar los fondos de pensiones y de previsión, a través del control de los trabajadores, para garantizar que la transición justa profunda satisfaga sus necesidades y respaldar la creación de un banco cooperativo nacional para ayudar a los lugares de trabajo, las comunidades y los hogares con la transición de energía renovable de propiedad social y la realización solo planes de transición. Las finanzas públicas también deben aprovecharse de los impuestos ecológicos, las sanciones por contaminación, la retirada de los subsidios a los combustibles fósiles y otras fuentes de impuestos progresivos.

4.11 El conocimiento es crucial para la supervivencia: Existe una gran brecha de conocimiento en la sociedad con respecto al empeoramiento de la crisis climática. Tenemos que aprovechar diferentes sistemas de conocimiento para concienciar al público y sobrevivir. El conocimiento indígena tiene poderosos recursos para ayudarnos y tiene que ser recuperado, aprendido y respetado. La ciencia del sistema terrestre, incluida la ciencia del clima, es esencial para informar al público sobre la crisis climática y sus desafíos. La ciencia del clima como ciencia de las personas debe complementarse con la experiencia vivida basada en la observación y el aprendizaje de los ecosistemas. Dada la complejidad del cambio climático, se debe apoyar la investigación y la innovación para asegurar la transformación sistémica y promover el interés público. Las universidades y las escuelas deben asumir estos desafíos de conocimiento.

4.12 Atención médica de emergencia, integral y preventiva: la desigualdad en la atención médica significa que los daños climáticos traerán injusticia, como durante la pandemia de Covid19. Necesitamos sistemas de salud pública factibles, accesibles y receptivos para satisfacer las necesidades de las personas y abordar los desafíos de salud que conlleva el calentamiento climático. Estos sistemas de salud deben ser capaces de hacer frente a emergencias, traumas psicológicos, enfermedades y nuevas epidemias. Es necesario fortalecer la atención integral y la orientación preventiva desde las bases.

4.13 Derechos de la naturaleza y soluciones climáticas naturales: Nuestros océanos han sido contaminados, bosques destruidos, tierra robada y aumento de la pérdida de biodiversidad, todo debido a la búsqueda de ganancias. Si queremos sobrevivir, todas las criaturas vivientes deben ser respetadas. Toda la vida y todos los ecosistemas de nuestro planeta están profundamente entrelazados y necesitan existir, persistir y regenerar sus ciclos vitales. El enfoque de los derechos de la naturaleza reconoce el valor intrínseco de todas las formas de vida no humanas. Además, la naturaleza tiene sus propias soluciones al cambio climático de las que podemos aprender. Estas soluciones incluyen actividades de conservación, restauración y gestión de la tierra que aumentan el almacenamiento de carbono en bosques, humedales, pastizales, ecosistemas costeros y tierras agrícolas agroecológicas. Los registros de biodiversidad liderados por la comunidad son cruciales para proteger y promover soluciones climáticas naturales.

4.14 Medios de comunicación conscientes del clima: Los medios de comunicación no informan adecuadamente al público sobre el cambio climático. Debe tomarse la ciencia del cambio climático más en serio e informar al público sobre la crisis climática, los problemas políticos y las alternativas sistémicas requeridas. Las noticias sobre el clima deben integrarse en la radio, la televisión y los medios impresos.

Hacia un Estado de justicia climática impulsado por las personas

El estado sudafricano tiene que convertirse en un estado de justicia climática que reconozca la emergencia climática, al tiempo que fortalece nuestra democracia. Debe guiarse por la visión, los objetivos, los principios y las alternativas sistémicas impulsadas por las personas contenidas en esta Carta y todas sus políticas climáticas deben estar alineadas para hacer realidad esta Carta. Más específicamente, un estado de justicia climática también:

5.1 Permitir la planificación participativa para transiciones justas profundas desde abajo.

5.2 Desarrollar mecanismos de financiación pública, como un fondo público de seguro climático y bonos verdes, proporcionar un mandato de crisis climática al Banco de la Reserva, reorientar todas las instituciones financieras públicas y privadas para apoyar la transición profunda y justa y promover las propuestas fiscales en esta carta.

5.3 Asegurar regulaciones progresistas que reduzcan la lógica destructiva del capital, impongan límites a las corporaciones y, lo que es más importante, prohíban cualquier extracción futura de combustibles fósiles.

5.4 Descarbonizar todas las prácticas estatales y lograr una huella de carbono cero en todas sus actividades;

5.5 Rediseñar administrativa y constitucionalmente las estructuras estatales a medida que partes del país se vuelven inhabitantes.

5.6 Preparar al país para el aumento del nivel del mar y tomar las medidas adecuadas como parte de la planificación participativa.

5.7 Fortalecer el gobierno local para tener mayores poderes y competencias de planificación democrática para hacer frente a la crisis climática.

5.8 Desarrollar la capacidad institucional a través de un sistema de gestión de desastres climáticos dirigido por personas, que incluye un servicio nacional de bomberos, hospitales públicos en pleno funcionamiento, equipos de emergencia de respuesta rápida, mayor capacidad para los servicios meteorológicos y la infraestructura de gestión de desastres.

5.9 Promover la investigación y la innovación para profundizar la transformación sistémica para transiciones justas profundas desde abajo, sensibilizar activamente al público y garantizar que todas las instituciones públicas sean líderes en justicia climática.

5.10 Reducir todos los gastos derrochadores, acabar con la corrupción y profesionalizar la burocracia estatal designando a las mejores personas del país para servir en el gobierno. Debe crearse una burocracia verdaderamente no racial y dirigida por mujeres.

5.11 Promover una orientación de justicia climática en sus relaciones internacionales, incluida la renovación del panafricanismo radical, mediante la promoción de: una posición de justicia climática entre los gobiernos africanos para exigir reparaciones de la deuda climática del norte global como parte de un Acuerdo de Justicia Climática; sanciones de justicia climática contra estados criminales de carbono; solidaridad hacia refugiados y migrantes; investigación; alternativas sistémicas; mancomunación de energías renovables; capacidades de respuesta a desastres climáticos; y pedir un «Tratado para poner fin a los combustibles fósiles» en el sistema de la ONU que beneficie a los gobiernos africanos.

El poder del pueblo para la unión y un acuerdo de justicia climática para Sudáfrica

Un futuro de justicia climática solo puede lograrse mediante el poder de un pueblo unido. Lo hemos aprendido a través de la lucha contra el colonialismo, el apartheid y el neoliberalismo.

El poder reside en diferentes partes de la sociedad, en los sistemas que construimos, las organizaciones y movimientos de los que formamos parte y en la política de calle que hacemos. El poder de la gente tiene que estar a la vanguardia de la defensa de los bienes comunes vivos que nos sustentan a nosotros y a las generaciones futuras.

Los seres humanos son una especie adaptable y flexible. Entendemos las causas de la crisis climática y tenemos soluciones democráticas, transformadoras y justas para prevenir nuestra extinción. Esta Carta de Justicia Climática es un hito; un toque de trompeta, para movernos a todos en la dirección de un cambio de sistema ahora y por un Acuerdo de Justicia Climática que ponga fin al sufrimiento de los más vulnerables y oprimidos. Una iniciativa liderada por el pueblo garantizará que abordemos las múltiples crisis que enfrenta el país al tiempo que afirmamos la esperanza de muchos expresados ​​en esta Carta. Tomemos una posición a favor de una sociedad solidaria y unámonos, en Sudáfrica y mediante la solidaridad internacional, antes de que sea demasiado tarde.

¡Promoviendo la Carta de Justicia Climática y la profunda transición justa para sostener la vida!

Ver la carta (versión en inglés):
https://www.safsc.org.za/wp-content/uploads/2020/08/Press-Release_CJC_29Aug2020.pdf

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